Yo jamás pensé que este día llegaría, siempre había soñado que sucedería pero mis sueños jamás, se veían reflejados en la realidad, y no pensé que específicamente este, sería la excepción, como todas las mañana de Sábado, me levanté y me dirigí a realizar las compras de la semana, para dedicarme a la tarde y cualquier otra cosas que no tuviera que ver con obligaciones, no pretendía reunirme con nadie en particular, y como estaba nublado, y me sentía algo desganada, solo me vestí con un buzo y una polera, la verdad ese día no tenía ni un ánimo en particular.
Caminando por las calles de la ciudad, viendo el rostro de las personas pendientes de sí, y de las vitrinas de las tiendas, sin ninguna emoción en particular, me detuvo un momento a comprarme un jugo, la verdad es que hacía calor, y el caminar entre la gente me ponía algo rara, así que necesitaba algo para relajarme además de mi cigarro, cuando recibo ese golpe en la espalda, jamás olvidaré el calor de tu mano en mi espalda, jamás olvidaré el brillo de tus ojos al mirarme, ni como el calor se me subía por el cuerpo hasta llegar a mis mejillas, lo que me hizo simplemente bajar la mirada y abrazarte, llenarte de mi calor, y empaparme de ti, sentir tu olor, tu esencia, poder acariciar tu cabello y no dejar de mirarte, de llenarme de ti, no quería soltarte por que te quería siempre aquí a mi lado, entonces encendiste un cigarro, el tiempo se detuvo, y aun sigues aquí…
jueves, 27 de mayo de 2010
Nuevo mundo
Y en donde encontré la inspiración, donde jamás creí caer, solo me sumergí en los más profundos de los mares, para caer y dejarme llevar por las corrientes de tu alma, ir al ritmo de tu palpito, que junto con el mío dieron paso a la más dulce sinfonía de aquella tierra jamás encontrada, donde la tierra y los mares, el cielo y la tierra daban paso al más hermoso de los paraísos, donde el más simple mortal jamás entraría, donde ni ley ni guerra tenían cabida, donde ni contraseñas, ni muros la cubrían, solo la más fuerte de nuestras leyes, donde lo más puro de cada uno, lo protegía, donde cada uno recorría el camino, donde cada uno ponía los limites, donde cada uno creaba su mundo, donde cada uno daba pie a lo suyo, donde cada uno dejo de ser uno, donde cada uno no existió nunca jamás.
por que amamos a los hombres
Esto es textualmente obtenido del blog de paulo cohelo
Amamos a los hombres porque no consiguen fingir un orgasmo, aunque quieran.
Porque jamás nos van a entender, y aun así lo siguen intentando.
Porque todavía nos encuentran atractivas cuando nosotras mismas ya no conseguimos creérnoslo.
Porque saben de ecuaciones, de política, de matemáticas, de economía, pero no saben nada del corazón femenino.
Porque son amantes que sólo descansan cuando alcanzamos (o fingimos) placer.
Porque han conseguido elevar el deporte a algo parecido a una religión.
Porque nunca les da miedo la oscuridad.
Porque se empeñan en arreglar cosas con problemas que están más allá de sus habilidades, y se dedican a ello con entusiasmo adolescente, y se desesperan cuando no lo consiguen.
Porque son como las granadas: la mayor parte es imposible de digerir, pero las semillas son deliciosas.
Porque jamás se paran a considerar lo que pensará el vecino.
Porque siempre sabemos lo que están pensando, y cuando abren la boca dicen exactamente lo que imaginábamos.
Porque jamás les pasó por la cabeza martirizarse con tacones altos.
Porque les encanta explorar nuestro cuerpo, y conquistar nuestra alma.
Porque una chiquilla de 14 años puede dejarlos sin argumentos, y una mujer de 25 consigue domarlos sin mucho esfuerzo.
Porque siempre les atraen los extremos: opulentos o ascéticos, guerreros o monjes, artistas o generales.
Porque son capaces de hacer cualquier cosa por esconder su fragilidad.
Porque el mayor miedo de un hombre es no ser un hombre –lo cual nunca le pasaría a una mujer por la mente (no ser una mujer).
Porque siempre se terminan toda la comida del plato, y no se sienten culpables por ello.
Porque les parecen interesantísimos ciertos temas sin gracia ninguna, como lo que les ocurrió en el trabajo, o las características de los coches.
Porque están dotados de hombros en los que conseguimos dormir sin mucho esfuerzo.
Porque están en paz con sus cuerpos, a excepción de pequeñas e insignificantes preocupaciones con la calvicie y la obesidad.
Porque son asombrosamente valientes ante los insectos.
Porque nunca mienten sobre su edad.
Porque a pesar de todo lo que intentan demostrar, no consiguen vivir sin una mujer.
Porque cuando a uno de ellos le decimos “te quiero”, siempre pide que le detallemos cuánto.
Amamos a los hombres porque no consiguen fingir un orgasmo, aunque quieran.
Porque jamás nos van a entender, y aun así lo siguen intentando.
Porque todavía nos encuentran atractivas cuando nosotras mismas ya no conseguimos creérnoslo.
Porque saben de ecuaciones, de política, de matemáticas, de economía, pero no saben nada del corazón femenino.
Porque son amantes que sólo descansan cuando alcanzamos (o fingimos) placer.
Porque han conseguido elevar el deporte a algo parecido a una religión.
Porque nunca les da miedo la oscuridad.
Porque se empeñan en arreglar cosas con problemas que están más allá de sus habilidades, y se dedican a ello con entusiasmo adolescente, y se desesperan cuando no lo consiguen.
Porque son como las granadas: la mayor parte es imposible de digerir, pero las semillas son deliciosas.
Porque jamás se paran a considerar lo que pensará el vecino.
Porque siempre sabemos lo que están pensando, y cuando abren la boca dicen exactamente lo que imaginábamos.
Porque jamás les pasó por la cabeza martirizarse con tacones altos.
Porque les encanta explorar nuestro cuerpo, y conquistar nuestra alma.
Porque una chiquilla de 14 años puede dejarlos sin argumentos, y una mujer de 25 consigue domarlos sin mucho esfuerzo.
Porque siempre les atraen los extremos: opulentos o ascéticos, guerreros o monjes, artistas o generales.
Porque son capaces de hacer cualquier cosa por esconder su fragilidad.
Porque el mayor miedo de un hombre es no ser un hombre –lo cual nunca le pasaría a una mujer por la mente (no ser una mujer).
Porque siempre se terminan toda la comida del plato, y no se sienten culpables por ello.
Porque les parecen interesantísimos ciertos temas sin gracia ninguna, como lo que les ocurrió en el trabajo, o las características de los coches.
Porque están dotados de hombros en los que conseguimos dormir sin mucho esfuerzo.
Porque están en paz con sus cuerpos, a excepción de pequeñas e insignificantes preocupaciones con la calvicie y la obesidad.
Porque son asombrosamente valientes ante los insectos.
Porque nunca mienten sobre su edad.
Porque a pesar de todo lo que intentan demostrar, no consiguen vivir sin una mujer.
Porque cuando a uno de ellos le decimos “te quiero”, siempre pide que le detallemos cuánto.
miércoles, 26 de mayo de 2010
asi me siento yo
Una vez conocí a alguien, una vez quice a alguien, una vez intente entrar en su vida
Pero..
Para mi era lo más importante
Era lo que me despertaba en las mañanas y me dormía en las noches
Era quien hacia latir y temblar mi corazón
Me ruborizaba como en la niñez
Y me hacía perderme en mundo ajenos inmersa en una constelación distinta
En un mundo tan distinto como en el que vivo
Y a la vez tan cercano a mi
Con tan solo mirarme mi corazón se remecía y me hacía volver a creer
En volver a sentir y hacerme feliz
Pero yo no era para el nada
Simplemente era una niña más
Una conocida dentro de la muchedumbre que se alboratba bajo su piel
Solo una más dentro de esa multitud
Si estuviera en la mitad de todo no me reconocería
No era lo que el significaba para mí
El era para mi todo
Y yo para el nada
El era una verdadera rosa y me clave
La quice poner bajo un cristal pero no me dejo
Intente entrar pero no encontré la llave, o el cambio la cerradura
No fui nada
Ni una huella
Entonces trate de seguir mi camino
Pero oigan
Solo trate…
Pero..
Para mi era lo más importante
Era lo que me despertaba en las mañanas y me dormía en las noches
Era quien hacia latir y temblar mi corazón
Me ruborizaba como en la niñez
Y me hacía perderme en mundo ajenos inmersa en una constelación distinta
En un mundo tan distinto como en el que vivo
Y a la vez tan cercano a mi
Con tan solo mirarme mi corazón se remecía y me hacía volver a creer
En volver a sentir y hacerme feliz
Pero yo no era para el nada
Simplemente era una niña más
Una conocida dentro de la muchedumbre que se alboratba bajo su piel
Solo una más dentro de esa multitud
Si estuviera en la mitad de todo no me reconocería
No era lo que el significaba para mí
El era para mi todo
Y yo para el nada
El era una verdadera rosa y me clave
La quice poner bajo un cristal pero no me dejo
Intente entrar pero no encontré la llave, o el cambio la cerradura
No fui nada
Ni una huella
Entonces trate de seguir mi camino
Pero oigan
Solo trate…
sábado, 22 de mayo de 2010
fuerza
La vida esta llena de decisiones, desde que despertarmos debemos decidir si levantarnos o no, si ir a la escuela o quedarse en casa, etc.
Pero las decisiones importantes, las que realmente importan y las que nos llevan a tomar tiempo en pensarlas y actuar, nos acobardan tanto.
Si seguir o no en una relación, si iniciar o no una, o peor aún, si arriesgarse en conocer o no, muchas veces me pregunte por que a veces somos tan cobardes, soy capaz de de acompañar a alguien herido y tratar de salvarlo, de calmar a los demás cuando se ve todo oscuro, de correr dentro de una casa que se viene encima, pero en otras situaciones cuando debo enfrentarme a vivir, en donde debo arriesgarme bajo el moño y me hecho hacia atrás.
La vida no me hizo ser quien soy, yo escogí mi forma de actuar, yo escogí ser luchadora, por cuanto me costará me dije a mi misma, seré mejor, lograré llegar a la meta, seré quien quiera ser en la vida, pero cuando debo escoger amar, porque corro?
Por huyo de algo que siempre he querido.
Va sonar arrogante, pero todo lo que he querido en la vida lo he conseguido, trabajo y me esfuerzo y lo consigo, corro y salto, y lo consigo, trabajo, me esfuerzo y me sacrifico y lo consigo.
Pero cuando se trata de luchar de verdad, de dejar prejuicios atrás, de jugármela realmente por lo que quiero, todos los fantasmas aparecen, salen de todas partes y vienen a mi atemorizándome, me dicen que huya que estoy haciendo una locura, que no debería arriesgarme que debería hacer a un lado, porque todo esto, es una locura, no es que no me lo merezca sino que simplemente los daños serán a largo plazo y que tardaré en volver a reir y soñar como lo he hecho hasta ahora.
Mejor quedarse en la seguridad de donde estoy y esperar por algo más…
Pero porque?
Porque si me siento tan cómoda aquí, siento que todo está bien y puedo sonreír, porque si me siento mejor que nunca.
Quiero decirle adiós a esos temores, adiós a mis fantasmas, quiero que ellos huyan de mí, yo soy una luchadora y siempre he conseguido lo que me propongo, siempre daré el 100% de mi, jamás de me defraudare porque soy una luchadora, y si es por pelear por las cosas que quiero no me quedaré atrás, no descansaré hasta que la vida dictamine que la batalla está acabado, entonces ahí me haré a un lado, recién ahí lloraré y quizás sufra pero no será porque me hice a un lado, sino porque la vida, me tiene mejores cosas guardadas para mi, y volveré a sonreír y mis sueños volverán y para hacerse realidad.
Pero las decisiones importantes, las que realmente importan y las que nos llevan a tomar tiempo en pensarlas y actuar, nos acobardan tanto.
Si seguir o no en una relación, si iniciar o no una, o peor aún, si arriesgarse en conocer o no, muchas veces me pregunte por que a veces somos tan cobardes, soy capaz de de acompañar a alguien herido y tratar de salvarlo, de calmar a los demás cuando se ve todo oscuro, de correr dentro de una casa que se viene encima, pero en otras situaciones cuando debo enfrentarme a vivir, en donde debo arriesgarme bajo el moño y me hecho hacia atrás.
La vida no me hizo ser quien soy, yo escogí mi forma de actuar, yo escogí ser luchadora, por cuanto me costará me dije a mi misma, seré mejor, lograré llegar a la meta, seré quien quiera ser en la vida, pero cuando debo escoger amar, porque corro?
Por huyo de algo que siempre he querido.
Va sonar arrogante, pero todo lo que he querido en la vida lo he conseguido, trabajo y me esfuerzo y lo consigo, corro y salto, y lo consigo, trabajo, me esfuerzo y me sacrifico y lo consigo.
Pero cuando se trata de luchar de verdad, de dejar prejuicios atrás, de jugármela realmente por lo que quiero, todos los fantasmas aparecen, salen de todas partes y vienen a mi atemorizándome, me dicen que huya que estoy haciendo una locura, que no debería arriesgarme que debería hacer a un lado, porque todo esto, es una locura, no es que no me lo merezca sino que simplemente los daños serán a largo plazo y que tardaré en volver a reir y soñar como lo he hecho hasta ahora.
Mejor quedarse en la seguridad de donde estoy y esperar por algo más…
Pero porque?
Porque si me siento tan cómoda aquí, siento que todo está bien y puedo sonreír, porque si me siento mejor que nunca.
Quiero decirle adiós a esos temores, adiós a mis fantasmas, quiero que ellos huyan de mí, yo soy una luchadora y siempre he conseguido lo que me propongo, siempre daré el 100% de mi, jamás de me defraudare porque soy una luchadora, y si es por pelear por las cosas que quiero no me quedaré atrás, no descansaré hasta que la vida dictamine que la batalla está acabado, entonces ahí me haré a un lado, recién ahí lloraré y quizás sufra pero no será porque me hice a un lado, sino porque la vida, me tiene mejores cosas guardadas para mi, y volveré a sonreír y mis sueños volverán y para hacerse realidad.
miércoles, 19 de mayo de 2010
warning sign
A warning sign,
I missed the good part then I realized,
I started looking and the bubble burst.
I started looking for excuses.
Come on in,
I've gotta tell you what a state I'm in,
I've gotta tell you in my loudest tones,
That I started looking for a warning sign.
When the truth is,
I miss you.
Yeah the truth is,
That I miss you so.
A warning sign,
You came back to haunt me and I realized
you were an island and I passed you by,
You were an island to discover.
Come on in,
I've gotta tell you what state I'm in,
I've gotta tell you in my loudest tones,
That I started looking for a warning sign.
When the truth is,
I miss you.
Yeah the truth is,
That I miss you so.
And I'm tired,
I should not have let you go.
So I crawl back into your open arms.
Yes, I crawl back into your open arms.
And I crawl back into your open arms.
Yes, I crawl back into your open arms...
Esta canción no me llamaba mucho la atención, hasta que vi su traducción, más que lo que textualmente expresa, me gusta lo que significa para mi, no por que me haya marcado en alguna época o me la hayan dedicado, si no por las interpretaciones que le puedo dar, siempre que la escucho significa algo nuevo para mi, una nueva forma de ver las cosas.
En este momento en particular creo que me habla de como dejamos pasar cosas muy lindas por preconcepciones estupidas de nuestro ser, osea
estoy generalmente a prejuicios, ideas, o idealizaciones que siento que me he perdido de conocer a mucha gente, pero me canse de eso, por que hay gente que aparece y muchas veces pensamos que pueden significar algo para nosotros desde un punto de vista, y no funciona, lo dejamos ahi, pero hay un ser detrás de todas nuestras idealizaciones, personas que estan dispuestas a seguir conociendo lo que hay en nuestro interior, personas sinceras y honestas
siento que me he pasado de largo muchos puertos
pero la vida esta para dejar huellas.
:)
Sebastian I
Cuando cumplió los 17 años decidió abandonar su hogar y vivir de su talento, siempre había gustado por la literatura y el arte, pero sus padres no tenían el dinero necesario para pagarle una carrera así y trataban de obligarlo a trabajar para poder dedicarse a un negocio más rentable, sin embargo su madre, a la cual siempre admiro, sabía que su hijo no sería feliz de esa forma por lo que tomo un poco de sus ahorros y se los entregó el día de su cumpleaños, y le dijo: “se que eres talentoso y que podrás salir adelante, cuando tengas dinero por tu artes, podrás devolvérmelo”, y así Sebastían dejo su pueblo, llego sin conocer nada de la capital y entrego sus escritos a un par de escuelas para saber si podía ser becado, ninguna creyó en el lo suficiente, por lo que decidió ser su propio instructor, y gastó parte del dinero entregado por su madre, en comprar libros que le senñarían un poco del arte, al cual aspiraba crear, poco a poco fue definiendo su estilo, y comenzó a ganar un poco de dinero con sus escritos, los cuales eran publicados en períodicos y revistas virtuales, si bien no era mucho, le bastaba para vivir, y ser feliz, aunque aspiraba a más....
El café de San Diego
Iba caminando como todas las mañanas por el paseo central, donde todos los sábados me detenía a tomar un café, siempre acompañado de una pastel variado, leyendo el diario local o alguna novela de turno.
En esta ocasión no pude comprar el periódico, por lo que no me quedo más remedio que entretenerme observando a quienes acudían allí, a pesar de que los veía todos los sabados por meses, nunca me había detenido a observar como acudían allí, y las cosas que los entretenía pasar horas en ese café.
Así rápidamente pude darme cuenta que el señor de barba negra, grande en masa y alto, moreno de voz ronca y que tosía mucho en los inviernos y cambios de estación, y de risa estridente, era un fiel admirador de la dueña de aquel loca, pues su vista se detenía por varios minutos en lo que ella hacía, y su intento por tornar conversaciones simples en algo mucho más prolongado en el tiempo era bastante evidentes a mi parecer, sin embargo ella parecía no notarlo y además entretenerse bastante con aquellas historias que parecían más editadas y algo exageradas para conquistar a alguien.
La dueña del local era una mujer mayor en edad, en relación a mi persona, pero aun así se mantenía joven, vestía con grandes faldones de vividos colores y trataba de mantener ese café ad hoc, para todos quienes lo visitaban, siempre se mantenía informada por el estado de cada uno de sus clientes habituales y los consentía con ciertas regañías de la casa cuando era necesario, parecía más bien un dueño de bar, pero en su más puro estilo femenino y maternal que podían hacer deterretir a cualquiera, era inevitable dejarse querer por aquella mujer y sus cuidados.
Además de estos dos personajes, se encontraba el hijo de esta señora, Julian, un joven bastante guapo a la vista, moreno y con hermosos ojos verdes, y bastante esforzado, ayudaba a su madre todas las tardes luego de concluir sus clases, para luego dedicarse a sus estudios todas las noches, pasaba horas ayudando en los quehaceres de aquel café, y pocas veces se le había visto con alguna amiga, el procuraba cuidar bastante de su madre, y al igual que ella de su clientela predilecta, a pesar de tener bonitos rasgos nunca fue un galán, pero si caballero, y alejaba a los jóvenes de malas intenciones si era necesario.
Pero no es de Julian de quien hablaremos el día de hoy, es demasiado guapo para ponerle ya más atención de la que ya tiene. Hablaremos de Sebastián, el chico del rincón, al igual que yo siempre se dirije los Sabados a este café, pero a diferencia mías el va con su notebook, y muy concentrado frunse el ceño y escribe, por horas, nunca he sabido exactamente que es lo que hace, pero al parecer publica poemas en alguna revista virtual, jamás ha driijido mayor palabra con los demás clientes del café, pero aun así la señora Mercedes (dueña del café) le tiene bastante estima, pues le deja ese espacio reservado, cuando el tarde en llegar, procura dejar un cartel de reservado en aquel lugar, siempre va solo, al parecer es del barrio, y por lo que he observado el día de hoy muy dedicado.
Luego de terminar su tercera taza de café (habían dos tazas vacias a su lado, no es que haya observado por tanto tiempo) llevo sus tazas vacías al mesón, jamás lo había visto tan cerca y me sorprendió la belleza de su rostro, tan calamdo y a la vez con esos ojos tan perturbados, era de un café oscuro, grande y redondos, de una forma y brillo perfecto, pero aun así denotando una mirada más bien triste, al darse cuenta que lo observaba me saludo y amablemente se presentó, yo sin saber que hacer simplemente le di la mano y le sonreí…
En esta ocasión no pude comprar el periódico, por lo que no me quedo más remedio que entretenerme observando a quienes acudían allí, a pesar de que los veía todos los sabados por meses, nunca me había detenido a observar como acudían allí, y las cosas que los entretenía pasar horas en ese café.
Así rápidamente pude darme cuenta que el señor de barba negra, grande en masa y alto, moreno de voz ronca y que tosía mucho en los inviernos y cambios de estación, y de risa estridente, era un fiel admirador de la dueña de aquel loca, pues su vista se detenía por varios minutos en lo que ella hacía, y su intento por tornar conversaciones simples en algo mucho más prolongado en el tiempo era bastante evidentes a mi parecer, sin embargo ella parecía no notarlo y además entretenerse bastante con aquellas historias que parecían más editadas y algo exageradas para conquistar a alguien.
La dueña del local era una mujer mayor en edad, en relación a mi persona, pero aun así se mantenía joven, vestía con grandes faldones de vividos colores y trataba de mantener ese café ad hoc, para todos quienes lo visitaban, siempre se mantenía informada por el estado de cada uno de sus clientes habituales y los consentía con ciertas regañías de la casa cuando era necesario, parecía más bien un dueño de bar, pero en su más puro estilo femenino y maternal que podían hacer deterretir a cualquiera, era inevitable dejarse querer por aquella mujer y sus cuidados.
Además de estos dos personajes, se encontraba el hijo de esta señora, Julian, un joven bastante guapo a la vista, moreno y con hermosos ojos verdes, y bastante esforzado, ayudaba a su madre todas las tardes luego de concluir sus clases, para luego dedicarse a sus estudios todas las noches, pasaba horas ayudando en los quehaceres de aquel café, y pocas veces se le había visto con alguna amiga, el procuraba cuidar bastante de su madre, y al igual que ella de su clientela predilecta, a pesar de tener bonitos rasgos nunca fue un galán, pero si caballero, y alejaba a los jóvenes de malas intenciones si era necesario.
Pero no es de Julian de quien hablaremos el día de hoy, es demasiado guapo para ponerle ya más atención de la que ya tiene. Hablaremos de Sebastián, el chico del rincón, al igual que yo siempre se dirije los Sabados a este café, pero a diferencia mías el va con su notebook, y muy concentrado frunse el ceño y escribe, por horas, nunca he sabido exactamente que es lo que hace, pero al parecer publica poemas en alguna revista virtual, jamás ha driijido mayor palabra con los demás clientes del café, pero aun así la señora Mercedes (dueña del café) le tiene bastante estima, pues le deja ese espacio reservado, cuando el tarde en llegar, procura dejar un cartel de reservado en aquel lugar, siempre va solo, al parecer es del barrio, y por lo que he observado el día de hoy muy dedicado.
Luego de terminar su tercera taza de café (habían dos tazas vacias a su lado, no es que haya observado por tanto tiempo) llevo sus tazas vacías al mesón, jamás lo había visto tan cerca y me sorprendió la belleza de su rostro, tan calamdo y a la vez con esos ojos tan perturbados, era de un café oscuro, grande y redondos, de una forma y brillo perfecto, pero aun así denotando una mirada más bien triste, al darse cuenta que lo observaba me saludo y amablemente se presentó, yo sin saber que hacer simplemente le di la mano y le sonreí…
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